Sí, es, o pudiera llegar a ser, verdad que la arquitectura no acompañase de inmediato los cambios sociales, pero también pudiéramos llegar a pensar que algunos cambios sociales fueron iniciados por la propia arquitectura, en un sentido amplio del término: maneras de vivir, edificios que permitieran una determinada forma de asociación o de reunión de personas, maneras innovadoras de entender la ciudad y que la cambiaron. En cualquier caso, más allá de ese debate, interesante en sí, me ha gustado la frase de Belinda: “si se han construido muchas viviendas que no se venden, quizá haya que pensar en transformarlas en otra cosa”.
Me parece sugerente la propuesta.
Por: Luis Cercós
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